En Busca De La Tierra Sin Males
Mito Guaraní
(Versión de Benedito Prezia)
Quando Nhanderuvuçu (nosso grande Pai) resolveu acabar com a terra, devido à maldade dos homens, avisou antecipadamente Guiraypoty, (o grande pajé), e mandou que dançasse. Este obedeceu-lhe, passando toda a noite em danças rituais.
E quando Guiraypoty terminou de dançar, Nhanderuvuçu retirou um dos esteios que sustenta a terra, provocando um incêndio devastador. partiu com a sua família, para o leste, em direção ao mar.
Tão rápida foi a fuga, que não houve tempo de plantar e nem de colher a mandioca. Todos teriam morrido de fome se não fosse seu grande poder que fez com que o alimento surgisse durante a viagem.
Quando alcançaram o litoral, seu primeiro cuidado foi construir uma casa de tábuas, para que, quando viessem as águas, ela pudesse resistir.
Terminada a construção, retomaram a dança e o canto.
cada vez mais iminente, pois o mar, como que para apagar o grande incêndio, ia engolindo toda a terra.
Quanto mais subiam as águas, mais Guiraypoty e sua família dançavam. E para não serem tragados pela água, subiram no telhado da casa. Guiraypoty chorou, pois teve medo. Mas a sua mulher lhe falou: abre teus braços para que os pássaros que estão passando possam pousar. Se eles sentarem no teu corpo, pede para nos levar para o alto. E, mesmo em cima da casa, a mulher continuou batendo a taquara ritmadamente contra o esteio da casa, enquanto as águas subiam. o nheegaraí, (o canto solene Guarani).
Quando iam ser tragados pela água, a casa se moveu, girou, flutuou, subiu... subiu até chegar à porta do céu, onde ficaram morando.
chama-se Yvy marã ei (a Terra Sem Males).
Aí as plantas nascem por si próprias, a mandioca já vem transformada em farinha e a caça chega morta aos pés dos caçadores. As pessoas nesse lugar não envelhecem e nem morrem e aí não há sofrimento. |
Cuando Ñanderuvuzu (nuestro gran Padre) resolvió acabar con la tierra, debido a la maldad de los hombres, le avisó anticipadamente a Guiraypoty, (el gran sacerdote), y le mandó que danzara. Éste le obedeció, pasando toda la noche en danzas rituales.
Y cuando Guiraypoty terminó de danzar, Ñanderuvuzu retiró uno de los apoyos que sostienen la tierra, provocando un incendio devastador. Guiraypoty, para huir del peligro, partió con su familia, para el este, en dirección al mar.
Tan rápida fue la huída, que no hubo tiempo de plantar ni de cosechar la mandioca. Todos habrían muerto de hambre Si no fuera por su gran poder que hizo que el alimento surgiera durante el viaje.
Cuando alcanzaron el litoral, su primer cuidado fue construir una casa de tablas, para que, cuando vinieran las aguas, ella pudiera resistir.
Terminada la construcción, retomaron la danza y el canto.
El peligro se volvió cada vez más inminente, pues el mar, para apagar el gran incendio, iba devorando toda la tierra.
Cuanto más subían las aguas, más Guiraypoty y su familia danzaban.
Y para no ser tragados por el agua, subieron al techo de la casa. Guiraypoty lloró, pues tenía miedo. Pero su mujer le dijo: -Si tienes miedo, mi padre, abre tus brazos para que los pájaros que están pasando puedan posarse. Si ellos se sientan en tu cuerpo, pídeles que nos lleven para lo alto.
Y, allí mismo encima de la casa, la mujer continuó golpeando el bambú rítmicamente contra el apoyo de la casa, en cuanto las aguas subían. Guiraypoty entonó entonces el ñeegaraí, (el canto solemne Guaraní).
Cuando iban a ser tragados por el agua, la casa se movió, giró, flotó, subió... subió hasta llegar a la puerta del cielo, donde se quedaron viviendo.
Ese lugar para donde fueron se llama Yvy marã ei (la Tierra Sin Males).
Ahí las plantas nacen por sí mismas, la mandioca ya viene transformada en harina y la caza llega muerta a los pies de los cazadores. Las personas en este lugar no envejecen, y no mueren, y ahí no hay sufrimiento.
|
Texto obtenido de Internet
Página Web de los Irmãos Maristas
Provincia de Rio de Janeiro
Traducción:
Juan Manuel García Quintanar
CENAMI
Los pueblos Tupí, en general, y los Guaraní, en particular, tienen como elemento fuerte de su teología la inminencia del fin del mundo y la entrada en una tierra donde no hay sufrimiento, dolor o muerte.
Así, pues, la búsqueda de la Tierra Sin Males está ligada a la idea de la destrucción del mundo. Entre los varios mitos, se destaca este de los Guaraní Apapovuca, recogido por Curt Nimuendaju, en el inicio del siglo XX.
Versión adaptada por Benedito Prezia, a partir del mito recogido por Curt Nimuendaju: Las leyendas de la creación y destrucción del mundo. São Paulo, Hucitec, 1987, p. 155-156, Citado en Porantim - En defensa de la causa indígena, Año XXII, nº 227, Brasília-DF, agosto 2000.