A nuestras comunidades:
Durante tres días estuvimos reunidos ciento veinte sacerdotes de distintas regiones del país.
Compartimos nuestro trabajo pastoral y queremos decirles que en todo momento ustedes estuvieron presentes.
Comenzamos poniendo en manos de Dios Padre por medio de María, los dolores, las esperanzas, los trabajos, los sufrimientos y las ilusiones que vivimos diariamente junto a ustedes.
Reconocimos la situación difícil por la que atravesamos y las injusticias humanas que la causan.
Teniendo presente el camino recorrido hasta ahora junto a ustedes sentimos la seguridad que somos Pueblo.
Dios asiste a su Pueblo. Él eleva a los humildes y derriba del trono a los poderosos. Él da nuestro pan de cada día para seguir luchando. Él cumple las promesas que hizo a nuestros padres y a sus descendientes.
Mañana en los llanos de La Rioja celebraremos la Misa en la tierra donde asesinaron a nuestros hermanos Wenceslao, Gabriel, Carlos y Enrique Angelelli. Este querido Obispo nuestro desde el cielo nos sigue diciendo: "Hay que seguir andando nomás".