America, Argentina
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    Escuchar el clamor de la tierra como el clamor de los pobres

     

     

    «Así son los ricos: por haberse apoderado primero de lo que es de todos, se lo apropian a título de poseedores. Si cada uno tomara lo que cubre su necesidad, y se limitaran a dejar lo demás para quienes lo necesiten, nadie sería rico, nadie pobre» (San Basilio [330-379], homilía sobre la parábola del rico insensato)

    A lo largo de diferentes momentos de nuestra historia reciente, en momentos que nos parecían importantes pronunciar una palabra tratamos de hacer nuestra la voz y el clamor de los pobres. No somos sus delegados, pero sabemos que nuestro corazón pastoral trata de latir al ritmo de sus fiestas y duelos, gozos y esperanzas, angustias y tristezas.

    Estamos por celebrar un nuevo aniversario de la decisión de vivir como un pueblo libre, justo y soberano, en medio de un clima de desazón y desconcierto. Un clima que puede ser peligroso. Tenemos claro que hay opciones que solo serían de destrucción o de suicidio colectivo. Uno, que pretende ser candidato el año próximo, ya hizo públicas sus propuestas de reformas laboral y previsional. Pero no vemos menos desconcierto en el gobierno.

    Repetimos lo dicho en nuestro mensaje al concluir nuestro reciente encuentro nacional, nuestra opción no es por tal o cual partido o candidato o candidata, es por las y los pobres. Y creemos que, mientras algunos parece que solo se miran a sí mismos o miran con pocas o contadas aspiraciones las próximas elecciones presidenciales, el pueblo, los pobres del pueblo, no sabe cómo hacer para que llegue la comida a su mesa. Muchos recurren a comedores, llevan sus hijos a comer a las escuelas, recurren a Cáritas u otras instituciones, pero el trabajo digno, con un salario también digno es cada vez más una utopía. Creemos que el gobierno se ha olvidado de los pobres, que las políticas, dictadas desde el exterior (políticas económicas, pero también de relaciones internacionales, de infraestructura, sociales y hasta educativas), no dan respuestas y alientan el desánimo.

    No nos interesa el 2023, nos interesan los pobres, lo repetimos, y los pobres no figuran ni en las políticas oficiales, ni en los sindicatos o movimientos sociales y – menos todavía – en la oposición.

    Respetuosamente pedimos al gobierno un urgente cambio de rumbo (que, probablemente, implique cambios de nombres), y la firme decisión de enfrentar con firmeza a los responsables del hambre y la injusticia. Las enormes ganancias de los que se enriquecen con la crisis y el hambre y el temor al reclamo de socialización de las riquezas no es lo que se votó cuando dijimos ¡basta! al neoliberalismo. No hacemos sino responder al presidente que pidió que lo ayudemos a corregir las cosas que están mal. No hay injusticia sin injustos, no hay pobreza sin ricos que acumulan (al menos en nuestro país), no hay mentiras sin mentirosos, ni odio sin odiadores. Estamos convencidos que los pobres de la patria sabrán agradecer y acompañar nuevos rumbos que los tengan en cuenta. Y con ellos estaremos caminando y cantando.

    Grupo de Curas en Opción por los pobres

    24 de mayo de 2022
    (7º aniversario de la encíclica del Papa Francisco, Laudato Si
    y vísperas de un nuevo aniversario del Primer Gobierno Patrio)

     

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    Navidad: retomar sueños y utopías  

     

    “Para ustedes brillará el sol de justicia que trae la salud en sus rayos”
    Malaquías 4,2

    Celebramos una nueva Navidad. Jesús nace pobre y entre los pobres. Y la encarnación del Hijo de Dios logra que la historia esté preñada de un futuro mejor. Toda la profecía de Israel apuntará a la victoria de la luz sobre las tinieblas. La humanidad tiene promesa de plenitud en Dios.

    Ciertamente cada Navidad hace renacer en nosotros y nosotras toda esperanza. El Dios que nos revela Jesús es un Dios que siempre está naciendo, que siempre hace posible la novedad, que siempre nos propone retomar los sueños y las utopías.

    La Fiesta de la Democracia y los Derechos Humanos del pasado 10 de diciembre sirvió para esto, precisamente: retomar sueños y utopías. Y nos recordó aquello que Alberto Fernández nos dijera al pueblo hace dos años, el mismo día en que asumía como Presidente de la Nación:

    “…quiero también convocarlos a que si alguna vez sienten que me desvío en el compromiso que hoy asumo salgan a la calle a recordarme lo que estoy haciendo. Les prometo que volveré a la senda sin dudar un solo instante…”

    Recorriendo las palabras del presidente nos sensibiliza la prioridad expresada hacia los marginados y excluidos; y el pago de la deuda externa supeditado al crecimiento del país; así como también el anhelo de la regularización del hábitat y la construcción de viviendas, entre otros temas. Ese discurso nos llenó de sanas expectativas. No es nuestra intención situarnos como fiscales del gobierno nacional, pero sí retomar un tema urgente tan cerca de la Navidad. Necesitamos volver a creer en este “Nunca Más” que propuso el presidente.

    Dijo Alberto ese día:

     “…Hemos visto el deterioro judicial, en los últimos años; hemos visto persecuciones indebidas y detenciones arbitrarias inducidas por quienes gobiernan y silenciadas por cierta complacencia mediática… Nunca Más a una justicia contaminada por servicios de inteligencia, “operadores judiciales”, por procedimientos oscuros y linchamientos mediáticos. Nunca más a una justicia que decide y persigue, según los vientos políticos del poder de turno. Nunca más a una justicia, que es utilizada para saldar discusiones políticas, ni a una política, que judicializa los disensos para eliminar al adversario de turno… porque una justicia demorada y manipulada significa una democracia acosada y denegada.”

    La Corte Suprema de Justicia, con tan sólo cuatro miembros (dos de ellos puestos originalmente a dedo por Macri y, además, autovotados para presidirla)  y sólo constituida por varones, no da garantías de imparcialidad alguna ni la posibilidad de hacer verdadera justicia en temas muy sensibles para la sociedad.

    Milagro Sala sigue siendo una presa política. Y el sistema judicial no termina de dar señales de la necesaria independencia de poderes. La justicia sigue siendo “demorada y manipulada”, “utilizada para saldar discusiones políticas”. Lejos quedamos los comunes mortales de poder desentrañar por qué se demora esta justicia que espera Milagro y tantos y tantas hermanos y hermanas.

    Soñamos esa justicia que esperan, en primer lugar, nuestros hermanos y hermanas más pobres. Sí, “que se abran esas prisiones injustas”, como proclamaba el Profeta Isaías (58,6).

    Pero también hay otros temas que nos surgen, cercana ya la Navidad. Contemplamos el pesebre en el que Jesús nace, indefenso y sin un techo seguro.  Es urgente que diputados y senadores sesionen y avancen ya con algunas leyes fundamentales, en un país donde sobra la tierra, pero está distribuida de modo injusto y desigual: y como se hizo con la Ley Nacional sobre Personas en situación de calle y familias sin techo, se aprueben también la Ley de Acceso a la Tierra, la ley de humedales, la ley de envases,  la prórroga de la Ley de Emergencia Territorial Indígena 26.160 y la Ley de Tierra, Techo y Trabajo, entre otras urgentes.

    En esta línea, también repudiamos todo avasallamiento contra las comunidades de pueblos indígenas y sus derechos. Las muertes mapuches en el sur de nuestra patria ensombrecen la celebración del Dios que busca nacer en medio nuestro.

    No será feliz nuestra Navidad con presos y presas políticas, ni con hermanos y hermanas indígenas atropellados y atropelladas en sus derechos, ni con hermanos y hermanas en situación de calle, sin tierra, ni techo, ni comida, ni trabajo; ni con un país cuyo futuro esté condenado a muerte por la avaricia de empresarios que no miran otra cosa que su renta o por la exigencia de pagar la deuda con el FMI (una deuda fraudulenta que debería ser pagada con el patrimonio de quienes la contrajeron de manera inconsulta con el pueblo). No será feliz la Navidad con multimedios de comunicación que, mientras reciben suculenta pauta publicitaria oficial, se encargan de demoler todo signo de esperanza. No será feliz la Navidad si un minúsculo grupo de los más ricos de la patria persisten en negarse a aportar una ínfima parte de sus bienes para aliviar apenas un poco los dolores de tantas y tantos. No será feliz la Navidad mientras sigamos velando a víctimas de “gatillo fácil” o de femicidio en nuestros barrios. No será feliz la navidad sin una urgente y necesaria reforma del poder judicial, tan lento hoy para juzgar a los poderosos y tan veloz en condenar a los y las pobres (los abundantes ejemplos de esto lastiman los ojos y hieren la paz interior).

    En el Misterio de Jesús, “Sol que nace de lo Alto” (Lucas 1,78), trabajemos para disipar la tiniebla de toda infelicidad. Queremos anunciar a todo nuestro pueblo una Buena Noticia, esa que viene con Jesús, pero no ignoramos que hay circunstancias y personas que no hacen sino obstaculizar o impedir este anuncio. A estos los queremos llamar a la conversión, o a someterse a un poder judicial independiente que añoramos; y a los y las pobres de la patria repetirles con Jesús que él vino para que haya “vida y vida abundante” (Juan 10,10) y que queremos caminar con ellos en la búsqueda de esa vida, de justicia y de paz, para todas y todos.

     

    Grupo de Curas en Opción por los Pobres
    Diciembre 2021

     

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“ UNA ECLESIOLOGIADESDE AMERICA LATINA “   

                                           Victor Codina S.J.

19 al 21 de agosto de 2003

Método:

  1. - Prioridad de la Iglesia sobre la Eclesiología. Que la Eclesiología sirva para la Iglesia; debe ser profética para que la Iglesia se transforme en aquello que Jesús quería.
  2. - El sentido eclesial. Reflexionamos sobre la Iglesia desde la Iglesia. No es un análisis de sociología religiosa, sino que reflexionamos desde dentro. Por eso a veces nos duelen las críticas que tenemos que hacer.
  3. - Seguimos un método histórico. La Iglesia está ubicada en el tiempo, en la historia y la Eclesiología ha de ser histórica. Lo mismo que se dice de la cristología, que ha de ser histórica, la Eclesiología debe incorporar la historia de la Iglesia. Por eso no hay una Eclesiología sino varias eclesiologías.

El esquema será:

  1. una reflexión bíblica sobre la Iglesia.
  2. un recorrido por la “historia de la Eclesiología” (1er y 2do milenio)
  3. una reflexión sobre la Eclesiología de la liberación
  4. una reflexión de las últimas décadas (del éxodo al exilio)

 Esta Eclesiología queremos hacerla desde los pobres. Que son la mayoría en América Latina, un lugar teológico privilegiado. Veremos la Eclesiología desde los desheredados de la historia. Por eso evaluaremos eclesiologías subterráneas, que no han sido Eclesiología no oficial, por ejemplo el movimiento franciscano, que no está incorporado a lo oficial pero está renovando la Iglesia.

  1. - REFLEXION BIBLICA

  +           En el A.T. Podemos encontrar 3 imágenes de Iglesia: Pueblo de Dios, Reino de David y Resto de Israel.

 El Pueblo de Dios, laos tou theou, el pueblo escogido de entre las naciones paganas. Se nos habla del proyecto de Dios, que es un proyecto de comunión, que en los primeros capítulos de Gen se muestra como triple comunión, con el otro, con la creación y comunión con Dios. Este proyecto de comunión queda roto con el pecado (caída, Caín, diluvio, babel), pero esto que parecía roto, se reinicia con la vocación de Abraham (c.12), será padre de un pueblo. Esto alcanza un lugar primordial en el éxodo, donde Dios escucha el clamor de su pueblo. La pascua es el hecho fundante de la identidad de Israel. Por eso los profetas, cuando ven que se ha perdido la identidad, se los invita a volver la memoria al éxodo. Este hecho es simultáneamente político y religioso. Es una liberación económica, política, cultural, pero en esto se manifiesta la fuerza del Dios de Israel. El éxodo también es una clave hermenéutica para interpretar la teología de América Latina. No deja de ser interesante que en todo el cap. II de la LG, donde se habla del Pueblo de Dios, en cambio, en Medellín se empieza hablando del éxodo. Esto implica diferentes acentos.

 

El Reino de David, es el paso de una concepción tribal y nómada, a una concepción más clasista, con centro teológico en Sión, la ciudad santa y el templo como símbolo. Un lugar seguro, centro teológico y materno del pueblo. Pero es una etapa sumamente ambigua, de transición entre la federación tribal y el post-exilio, permanecerá como lugar teológico (el medías),pero también como permanente tentación: la del poder teocrático, de confundir a Dios con su representante, la de identificarse con la idolatría de los pueblos vecinos. Tentación que en los libros históricos de ve claramente, los reyes caen en la idolatría del dinero y del poder, olvidando que Israel fue esclavo, vuelve a tener esclavos, se vive una economía de abundancia para el rey y su grupo, y una política de explotación para los pobres. Los profetas propondrán volver al éxodo, recordar que fuimos esclavos, recordar el clamor, es lo que hicieron también los profetas de América Latina.

El Resto de Israel. Un grupo va al exilio, es tiempo de añoranzas, de purificación. Los profetas anuncian un nuevo éxodo, Dios no se olvida de su pueblo, es fiel a sus promesas. Se recopilan las Escrituras, de vuelve a proclamar la ley, se reúnen en sinagogas... del exilio sale un resto, un grupo de pobres y creyentes, el resto de Israel, los anawim, el pequeño rebaño de cuyo seno nacerá el Mesías futuro.

 

=         Estas 3 imágenes anticipan las 3 eclesiologías que queremos mirar, del 1er milenio, del 2do y del Vaticano II y Medellín. Claro que hay constantes:

 

  1. Vinculación con Yahwéh liberador (ligado estrechamente al éxodo);Israel es el pueblo de Yahwéh. Dios es el Dios del pueblo y el pueblo, el pueblo de Dios, la causa de Dios es la causa del pueblo y la causa de Dios es la causa del pueblo. Por eso Dios está siempre presente, la nube, la tierra, el agua... La convicción más importante no es la existencia de Yahwéh sino que Yahwéh camina con su pueblo.

 

  1. La personalidad corporativa. El pueblo es representado por una serie de figuras, es el yo del pueblo, el rey, el siervo, el “singular” de los Salmos, con conexión con el pasado y con el futuro. Esto se relaciona con la expresión paulina “cuerpo de Cristo”.

 

  1. La misión entre los pueblos. Israel es escogido, pero para una misión, para los demás. Es segregado, pequeño, despreciable (gusanito de Israel), pero “para” el mundo. Yahwéh es salvador de todos los pueblos, una salvación universal que culmina en la escatología. Si sólo se acentúa la identidad se pierde la misión, si solo la misión se olvida la identidad. Es mantener la tensión escatológica hacia la utopía del Reino. Israel no se identifica con el Reino, y su característica más importante es el mispat we sadaqá (derecho y justicia). El espíritu de Yahwéh desciende sobre el Mesías para que establezca la justicia, pero es algo pleno en la escatología, por eso la Iglesia está al servicio del reino. Otra característica es la ley de la marginalidad. Dios actúa siempre con medios pobres y desproporcionados, de Abraham un pagano forma el pueblo elegido, Israel un pueblo esclavo, David derrota a Goliat, los grandes héroes nacen de mujeres estériles, los pobres de Yahwéh serán la semilla del pueblo nuevo. El Siervo de Yahwéh será instrumento de salvación para todos los pueblos. Esta ley de la marginalidad es muy importante en América Latina.

 

Israel es un pueblo oprimido y sufrido, hay más de 16 raíces hebreas para hablar de la opresión, lo que indica que es algo muy común en su vida, pero en esta situación, Dios se pone del lado de los pobres, lo que es un problema para toda la Biblia. Los teólogos amigos de Job lo acusan como faraón acusaba a los israelitas, el “pueblo crucificado”.

Tomás de Aquino dice “así los antiguos patriarcas pertenecían al mismo pueblo de la Iglesia al que nosotros pertenecemos”.

 

Antes de entrar en el NT tenemos que preguntarnos históricamente si Jesús fundó la Iglesia, o qué decir. Podemos decir que Jesús es el fundamento de la Iglesia. Él no funda una “institución”, ya la había. El reúne a los Doce para reunir al pueblo de Israel. Entre Jesús y la Iglesia hay continuidad y ruptura., por la pascua. La Iglesia nace de la cruz, de Pentecostés...

 

  1. Supone la existencia de una comunidad nueva. Pablo escribe a una comunidad, es porque allí hay una Iglesia. Hay una prioridad de la Iglesia sobre la escritura. La misma inspiración bíblica tiene un marcado carácter eclesial. Tienen que crear documentos fundantes para la Iglesia. Los discípulos se reúnen después de la pascua superando el escándalo de la cruz, la fe nace de la Pascua. Hay un paso de la muerte a la vida, de Jesús y de los discípulos, derrotados, vencidos, pasan a constituir la comunidad cristiana. Tiene como novedad la efusión del Espíritu, nace de un pueblo insignificante y pobre y tiene la fuerza del Espíritu, Pentecostés es el anti-Babel, la comunidad anuncia al Reino y a Jesús, a éste como portador del Reino. Los 12 son el símbolo de Israel, con poder de atar y desatar, centrada en la Eucaristía, y con lugar preponderante de Pedro. La mujer tiene un papel muy importante en la Iglesia primitiva: Jesús evita textos antifeminista, rompe estructuras patriarcales, tiene discípulas, se aparece primero a mujeres, Magdalena está casi al mismo nivel de Pedro. Pero ya en las Pastorales se empieza a alcanzar una estructura más patriarcal. Una es la Iglesia de Jerusalén, otra la de Antioquia, otra la de Corinto.

Lo central es la comunión; la Iglesia se ofrece como modelo alternativo al mundo, una sociedad de contraste. No para quedar al margen sino como fermento de la sociedad de su tiempo.

 

+     En el NT hay diversidad de eclesiologías (R. Brown).

 

*           En los escritos auténticamente de Pablo hay 3 imágenes de Iglesia: Pueblo de Dios, donde recoge toda la tradición del AT, injertado en el olivo de Israel. Cuerpo de Cristo, la imagen más típicamente paulina, que no es una pura metáfora (‘cuerpo’ de médicos), sino que es una expresión de la persona, la personalidad corporativa, el nuevo Adán, es Cristo viviendo en comunidad (está muy ligado con el bautismo y la eucaristía). Templo del Espíritu, aquí se realizan las promesas escatológicas de los profetas. Es Espíritu es de libertad, la Iglesia es un acontecimiento del Espíritu.

*             Otra imagen paulina es la de las Pastorales, la imagen de la Iglesia como casa, donde lo importantes que haya orden limpieza, disciplina, buena administración., Es una imagen mas preocupada por la ortodoxia, el depósito de la fe, con un sentido mucho menos dinámico que antes, más estática, con preocupación por la jerarquía u oficios eclesiásticos, es la preocupación de la Iglesia, y su gobierno cuando desaparecen los Apóstoles. No se puede construir una Eclesiología con la base sólo de las pastorales.

*               Otra tradición paulina es la de Col-Ef, la Iglesia como esposa de Cristo, y Cuerpo. Se abre la dimensión de Iglesia universal, ya no es la Iglesia de tal lugar, sino la Iglesia universal.

*               Otra tradición paulina es la de Lc-Hch. Para Lucas la historia de la salvación se presenta como preparación, el tiempo de Jesús y entre este tiempo y su venida, surge el tiempo del Espíritu, el de la Iglesia, el que lanza a la Iglesia a los gentiles...

 

*               Otra tradición es la petrina. Su dimensión es la de Pueblo de Dios, a una comunidad que se considera como una secta extraña, se les recuerda que son pueblo de Dios, linaje escogido, nación santa... No eran pueblo y han pasado a ser pueblo.

 

*                Otra tradición es la de Mateo, dirigido a una comunidad judeo gentil. Es como en Pablo la asamblea del pueblo de Israel, el nuevo pueblo. La Iglesia es una comunidad de salvación, y entre ellos Pedro. En esta Iglesia hay una prioridad de los pequeños, los débiles, los pecadores, y la suprema ley es el amor sobre todo a los pobres con los que Jesús se identifica haciendo de ellos el test escatológico (Mt 25).

 

*             Otra tradición es la del discípulo amado (Juan), que es mucho más cristológica que eclesiológica, pero aparecen la imagen del rebaño y de la vid.

 

*           Otra tradición es la carta a los Hebreos, aparece una Iglesia peregrina hacia el santuario. Y aparece la figura del Sumo Sacerdote Jesús que tiene como característica su debilidad y misericordia.

 

*             Otra tradición es la carta de Santiago, de carácter judeo cristiano que insiste en poner en práctica la fe. Hay una clara afirmación de la prioridad de los pobres en la Iglesia. Es interesante que en algunas eclesiologías del NT (Schlier, p.e.) no la citan.

 

*             Otra tradición es el Apocalipsis, donde se habla de los salvados, pero aparecen imágenes femeninas: la mujer... La que tiene todas las de ganar es el dragón, pero la mujer dando a luz vence al dragón. La Iglesia dando a luz vida, vence al Dragón. La esposa del Cordero, la Jerusalén Nueva.

 

¿Cuáles son los rasgos generales de la Eclesiología del NT?

 

No hay contradicciones entre estas eclesiologías. Las diferencias enriquecen y conducen a un verdadero ecumenismo. El peligro es lo unilateral. Por ejemplo, las pastorales aisladas pueden conducir a un conservadurismo; Lc a un triunfalismo; Jn. a un gnosticismo individualista, Mt. a juridicismo, Cor. a un carismatismo.

Pero surge algo común: la comunidad. La comunidad es convocada por el Dios trinitario. La fe es eclesial. La radical fraternidad eclesial. Todos son iguales; el NT no favorece el eclesialismo. La prioridad carismática; todos son responsables, pero algunos tienen función diferenciada. Va en contra de la anarquía carismática ni monopolio jerárquico. Hay una responsabilidad personal. El individuo tiene una responsabilidad personal irrenunciable. La encarnación e historicidad. La Iglesia se encarna en un tiempo y espacio. No puede instalarse como si ya hubiera llegado el reino. Cristocentrismo, es Iglesia de Jesús, Señor resucitado. No es la Iglesia del Papa, ni de los curas, sino de Jesús. NT no favorece una identificación entre Iglesia y jerarquía. La kénosis: el resucitado es el crucificado. La Iglesia sigue a su Señor, es pobre y martirial. El NT está lejos de todo triunfalismo eclesiástico. La Iglesia es pneumática, del espíritu que es libre. Pero la Iglesia está al servicio de la Iglesia y es mucho más amplio que la Iglesia. La Iglesia se orienta hacia el reino, que es la utopía de Dios, y no se identifica con el Reino. Los pobres deben ocupar un lugar privilegiado en la Iglesia, deben sentirse en la Iglesia como en su casa, lo que va en contra de todo espiritualismo desencarnado y toda desencarnación eclesial.

 

(pregunta) ¿Cómo la Eclesiología bíblica interpela hoy a la Iglesia actual?

 

II.- HISTORIA DE LA ECLESIOLOGÍA

 

Esta mañana 3 temas se repitieron bastante. Uno es el del pluralismo, otra la ley de la marginalidad y finalmente el tema del Reino. Estos se pueden recoger como fruto de esta sesión. Se ha hablado de la tensión, tensión de las diversas eclesiologías en búsqueda de cuál es la mejor para el momento actual; tensión en la realidad de los pobres y tensión entre Iglesia y reino. Si pudiéramos, veríamos la Iglesia misterio y la Iglesia de cristiandad; como no alcanza el tiempo, las compararemos, que es una suerte de comparación entre la Iglesia del primer milenio y del Segundo milenio.

 

Desde el s.IV comienzan a cambiarse las estructuras de la Iglesia. Muchas de las estructuras e intuiciones de los primeros siglos permanecen hasta Gregorio VII (año 1000), por lo que podemos hablar de 1er milenio, y el 2do milenio llega hasta el Vaticano II, en que se vuelve a la Iglesia del 1er milenio. Por eso sigue arraigado, y no es fácil de cambiar...

En cambio, en América Latina la Iglesia del 1er milenio no existió, sino la Iglesia de cristiandad, por lo que es más difícil el cambio.

 

A) * La del 1er milenio es una Iglesia pequeña, perseguida o tolerada, que llega a las ciudades, de martirio. Que se abre a las diferentes culturas. Deja de ser secta para convertirse en Iglesia

* En el 2do tenemos una Iglesia oficial, ligada al poder, de “cristiandad”. Hay diferentes etapas, lo feudal, la reforma, la revolución francesa, el Vaticano I... son momentos diferentes, pero siempre es una Iglesia ligada al poder.

 (El Emperador cristiano Constancio) “Nos apuñala por la espalda, pero nos acaricia el vientre... No nos destruye el camino de la libertad metiéndonos en la cárcel, pero nos honra en su palacio para esclavizarnos. No desgarra nuestras carnes, pero destroza nuestra alma con el oro... Confiesa a Cristo para negarlo... Reprime herejías para destruir a los cristianos... Construye Iglesias para demoler la fe. Por todas partes lleva tu nombre a flor de piel, pero hace todo lo que puede para que nadie crea que tú eres Dios.... Distribuye entre sus seguidores sillas episcopales, sustituyendo a los buenos por los malvados... Su genio sobrepasa el del diablo, con un triunfo nuevo e inaudito: consigue ser perseguidor sin hacer mártires

(san Hilario, Contra Constantinum Imperatorem 4-5; PG 10, 580-581, Velasco p. 124-125)

 B) * La Iglesia misterio se llama así porque forma parte del plan salvífico de Dios. Es Iglesia de koinônìa del Padre por el Hijo en el Espíritu, con los hermanos en la fe, con Cristo en la Iglesia y la eucaristía, y una opción por los pobres. Las hemos separado y hemos hablado de dos, pero no de las tres comuniones juntas.

   *   Las notas que surgen del Segundo es una clerical, es juridicista, y es triunfalista.

 C) *   La Iglesia misterio es ligada al Espíritu. La Iglesia primitiva introdujo la Iglesia en el credo (y no es casual). En castellano se confunde con la preposición “en”, mientras que en latín y griego no existe, se “cree la Iglesia” no “en la Iglesia”, ya que es lugar donde el Espíritu Santo actúa. ¿Creemos que el Espíritu Santo actúa en la Iglesia o no?

     * En la Iglesia del Segundo milenio no hay pneumatología, el Espíritu está en manos de la jerarquía, la Iglesia se cree depositaria del Espíritu.

 D) *   Con respecto a la Eucaristía, De Lubac formuló así la primera eclesiología: “la Iglesia hace la Eucaristía y la Eucaristía hace la Iglesia”. El fruto primero de la Eucaristía es formar la realidad eclesial. En el Segundo la Eucaristía la hace el clero y los laicos son pasivos.

En el 1er milenio la Iglesia es cuerpo de Cristo y la Eucaristía es el cuerpo místico.           Los problemas eucarísticos del Segundo milenio lo cambiaron, el verdadero cuerpo de Cristo es la Eucaristía y la Iglesia es cuerpo místico.  

 E) *   El 1er milenio es una teología bíblica (por ejemplo paulina) y simbólica: los padres con muchos símbolos hablan de la Iglesia: Iglesia Eva [como del costado de Adán surge Eva, del costado de Cristo nace la nueva Eva. Esposa de Cristo. Madre que engendra la vida. Y se hace un paralelismo con María. Así como del seno del agua de Jesús nace la Iglesia, del agua del bautismo nacen los cristianos]. Otro simbolismo es el de la luna, [que brilla con luz ajena, Cristo es la luz, lumen gentium. La luna desaparece cuando sale el sol, la Iglesia es provisional, en el cielo no habrá jerarquía ni sacramentos. Además, la luna está relacionada con la fertilidad, engendra, da fuerza], y la imagen más corriente es la de la nave [la de Pedro, Ulises, Noé... y se hace una alegoría, el mar es el mal, el piloto es Cristo y el ayudante el obispo, el mástil la cruz, el puerto la escatología, aunque tambalee no se hunde]. Otra imagen de los padres es el de la santa y prostituta [los padres recurrirán a los varios casos de mujeres prostitutas del AT para hablar de la Iglesia].

       *   En el 2do milenio según De Lubac se pasa de lo simbólico a la dialéctica escolástica. La Iglesia es sociedad perfecta (Belarmino). Es una Eclesiología jurídica y apologética. Los primeros tratados de Eclesiología son tratados sobre la potestad del Papa frente a la potestad del Emperador. Es como una contraindicación. Ahora el sol es el Papa y la luna el Emperador, que recibe su luz del Papa.

 F)   *   No sólo se habla de la comunión, sino que además se establecen estructuras de comunión. El Vaticano II no estipula estas estructuras con lo que la Eclesiología de comunión queda huérfana. Estructuras de comunión son las iglesias locales, el papa obispo de Roma, la recepción, la elección de los obispos por la comunidad...

a) La Iglesia local. La Iglesia primitiva nace como Iglesia local, Iglesia que está en... y tiene como base una casa (oikía) solo de las iglesias locales se pasa a la Iglesia universal. En el Segundo milenio desaparece de la Iglesia local, sólo se habla de la universal, identificada con Roma. Roma de ser Iglesia local para a ser iglesia universal. Para Rahner el mayor aporte del Vaticano II es haber descubierto la Iglesia local.

b) El pluralismo eclesial. Hay un pluralismo de gobierno, hay teología gala, africana, española, alejandrina, antioquena... decir que no puede haber una teología latinoamericana que debe ser universal es desconocer todo esto. En el Segundo milenio se pasa a una Iglesia central, Una teología universal.

c) El primado romano. Tenemos datos suficientes e históricos que demuestran que había una preferencia de la Iglesia de Roma, esta tiene “potentio principalitas” (Ireneo), “el primado de la caridad” (Ignacio). En los conflictos de acude al Papa de Roma para que resuelva los conflictos. ¿De dónde viene la primacía? Es por ser el obispo de la Sede Romana. Es el obispado de Roma el que tiene primacía. ¿Por qué tiene esta primacía? No sólo por ser la capital del imperio, sino por ser el lugar del martirio de Pedro y Pablo. La primacía de Roma pasa de Pedro a sus sucesores. ¿Por qué esta prioridad de Pedro y Pablo? Porque en el NT Pedro tiene prioridad sobre los demás apóstoles. Antes que se escribieran los textos bíblicos ya tenía Pedro la prioridad, y los Padres tardan siglos en citar textos como Mt 16, Jn 21, etc... El papa es visto como Vicario de Pedro, para Tertuliano el Vicario de Cristo es el Espíritu, y en la Edad Media los vicarios de Cristo son los pobres. La misión del Papa es mantener la comunión en la Iglesia.

    *   En el Segundo milenio: cambia la función del Papa que pasa a ser vicario de Cristo, vicario de Dios. Como vicario de Dios el Papa se siente con autoridad para ceder territorios descubiertos en África y América. También Cabeza de la Iglesia, Soberano Pontífice, Jefe de los Estados pontificios... Pablo VI reconoce que el mayor obstáculo para la unidad de las Iglesias es el Primado, y así lo que debería ser signo de unidad es signo de división de las Iglesias. Lo que implica que esto se debe repensar. No se puede pensar que el modo de ejercer el primado es el único que es posible (Ratzinger).

d)   La elección episcopal. Hasta el s. V por lo menos la comunidad es la que participa de la elección, Celestino V (papa) dice que no debe haber ningún obispo impuesto, y cosas semejantes dicen otros padres. Es un punto esencial para que la Iglesia sea de comunión. La Iglesia local elegía el candidato, y lo ordenaban. No podía existir obispo sin comunidad. Cada obispo debería ser obispo de una comunidad local. En el Segundo milenio en Roma se eligen obispos para impedir la intromisión de los príncipes, pero todavía se sigue manteniendo, cuando ya no hay este peligro.

e)   Recepción. Se trata del “amén” litúrgico, lo que significa que el pueblo asimila esto que se ha dicho. Lo mismo ocurre con la comida, si es sana y buena el estómago la asimila bien, y si no, se produce un rechazo. No indica que el estómago funcione mal, sino que funciona bien. La recepción es la asimilación por parte del cuerpo eclesial de lo que la Iglesia propone para ser aceptado. Esto da un realce a la participación del pueblo, que tiene el espíritu, el instinto de fe, que no es pasivo. Por recepción se recibieron los Concilios, todavía estamos en proceso de recepción del Vaticano II. Por recepción se aceptó el canon de la Escritura (textus receptus). Por recepción se recibieron prácticas litúrgicas y se canonizaron santos. ¿Quién canonizó a Pedro y Pablo, a San José? ¿quién a Romero? Lo contrario a la recepción es la “contestación”. Los teólogos también tienen que “contestar” lo que no puede ser aceptado. Por ejemplo, la Humanae Vitae fue “contestada.” Y tantas normas de la Iglesia que no han sido recibidas, no es signo de que sean falsos, sino de que no se ha formulado bien, o que no es el momento, o no se ha consultado bien... Y lo mismo nos puede ocurrir a nosotros en la pastoral. Lo que subyace aquí es la Eclesiología del Espíritu, el pueblo tiene el Espíritu, “los oídos del pueblo son más sabios que los labios de los sacerdotes” (San Atanasio). La recepción desaparece en el Segundo milenio. La comunidad es pasiva, “obedece”, si sólo se habla de obediencia no se habla de la recepción. Son teólogos modernos los que han redescubierto la importancia de la recepción (Grillmeier, Congar).

f) La Pneumatología. En el 1er. milenio estaba integrada a la Eclesiología. En el 2do. milenio, el Espíritu se manifiesta como contestación. Cada vez que se avanzaba al modelo de cristiandad, surgieron voces proféticas de contestación. En el s.IV surge el monacato enfrentando una Iglesia que se ha instalado, ha desaparecido el martirio. Los monjes dicen que tienen dos enemigos, las mujeres y los obispos. El motivo es que ambos sólo imponen tareas pastorales y el monje debe dejar la soledad. Los monjes se consideran sucesores de los apóstoles, no en la línea jerárquica, sino espiritual del seguimiento de Jesús. Otra contestación, la separación de Oriente (1054) Oriente se separa del tronco católico romano, porque Oriente vive la Eclesiología trinitaria, simbólica, pneumática, de Iglesias locales, etc... pero cuando se rompe el esquema con Gregorio VII la comunión se rompe. Cuando el Vaticano II propone volver a la Eclesiología del 1er milenio, se reinicia el diálogo con Oriente. Otro movimiento contestatario son los movimientos laicales de los s.XII-XIII son los que proponían la vuelta a una iglesia pobre, fraterna, libre. Algunos terminan en herejías (fraticelli, cátaros) y otros en la comunión (los mendicantes). Otro movimiento es la Reforma, no sólo la protestante, sino también la católica (Ignacio, Teresa, Juan de la Cruz) que proponen una vuelta a Cristo, a la fe, a la Cruz... frente a una Iglesia mundanizada. La Iglesia así fue incapaz de aceptar las intuiciones de Lutero (la palabra de Dios, el sacerdocio del pueblo, las dos especies...). En la primera evangelización de América Latina aparecen los grandes obispos que defienden los indios, la inculturación (Zumárraga, Las Casas, Ancietta, Nóbrega, etc...). Basta recordar los frecuentes viajes de Las Casas para enfrentar la teología oficial de Ginés de Sepúlveda. Otra contestación es la minoría del Vaticano I que quería otros argumentos, más bíblicos, comunitarios. La minoría que perdió en Vaticano I es la que triunfó en el Vaticano II, que recibe el Vaticano I pero lo completa con nuevos elementos.

 +   También hay cosas positivas de la eclesiología del Segundo milenio, de ella hemos recibido la palabra, el amor a los pobres, a Jesús... de ella hemos recibido mucho. Genera mucho positivo, pero la comunión cede ante la jerarquía, se olvida la pneumatología, se provoca escisión entre Oriente y Occidente, hay mundanización, cerrazón ante la modernidad, a la Iglesia siempre la ha costado mucho no reconocer los signos de los tiempos.

 

Muchas de las cosas que pasan hoy no son sino la inercia de la Iglesia del Segundo milenio.

 

(pregunta) Lecciones de la historia de cara a comprender y vivir nuestra Iglesia de hoy

 

  1. III.- LA ECLESIOLOGÍA DEL VATICANO II Y DE AMÉRICA LATINA

 

A) El Vaticano II no nace de la nada, una serie de movimientos, estudios, momentos sociales, políticos, culturales van llevando hacia él. Los movimientos bíblicos, litúrgico, patrístico, los estudios de Dupont y Gelin, el concepto pueblo de Dios surge desde la Biblia, se comienza a hacer teología de un modo mucho más histórico, bíblico, partiendo de los signos de los tiempos, especialmente a partir de la Nouvelle Théologie, aunque encuentra resistencia con la Humani Generis de Pio XII, y encuentra sanciones a los grandes teólogos como Congar, Chenú, De Lubac...

Pero todo esto quedaría disperso sin la figura de Juan XXIII. No hace falta recordar anécdotas, pero sí hay elementos a tener en cuenta: campesino pobre, lo que le dará una religiosidad, una sensibilidad por el tema de la pobreza. Fue historiador de Historia de la Iglesia, estudia a Gregorio Magno, la reforma de Carlos Borromeo, lo que le permite ver el presente a la luz de la historia. También fue nuncio en Oriente, lo que le permite conocer el mundo de Oriente y el drama del ecumenismo, también nuncio en París, lo que le permite conocer el pensamiento moderno, y algunos elementos (curas obreros, Theillard “de Chapardin”), y fue Patriarca de Venecia, lo que le permitió vivir la pastoral en una gran ciudad moderna... todo esto lleva a muchos elementos que confluirán en el Vaticano II.

 

Si queremos mirar los aportes del Vaticano II diremos que hay, aportes a las realidades terrenas (política, cuerpo...), la noción de comunidad (rompiendo con la mentalidad individualista del Segundo Milenio), la Palabra de Dios (la vuelta a la Palabra permitió además un acercamiento a los protestantes; la Palabra de Dios –en un Evangeliario- se entronizaba en cada sesión); se provoca un redescubrimiento del Espíritu (lo que permite un acercamiento a los Ortodoxos, que son más sensibles a él).

 

La Eclesiología está fundamentalmente presentada en LG, GS y también en AG donde se destaca qué es, cómo crece la Iglesia...

El Vaticano II, en su elaboración, creó comisiones romanas para preparar los documentos previos. Y prepararon un esquema sobre la Iglesia, (lo preparó el mismo que hizo la Mistici Corporis), pero los padres conciliares lo rechazaron por juridicista, clerical y triunfalista (propio de la Eclesiología del Segundo Milenio). En lugar de una Eclesiología del Segundo Milenio se prefirió una Eclesiología misterio, una Iglesia pueblo de Dios, una Eclesiología peregrina hacia la escatología. Si queremos mirar mejor cuál es la Eclesiología se debe hacer mención a la Iglesia sacramento (Rahner, por ejemplo, hablan de Ursakrament). La Iglesia es el misterio de Cristo en la historia, el sacramento es una realidad visible. La comunidad es la visión de esa realidad: comunidad con los pobres, comunidad local... se aparta de la Eclesiología del segundo milenio para volver a la Eclesiología del primer milenio. Otra cosa que se da es el cambio de sujeto eclesial, es el interlocutor que tiene una asamblea; la iglesia pasa del sujeto eclesial premoderno al sujeto eclesial moderno. De lo rural, sacralizado, poco democrático, a un sujeto de libertad, progreso, secularización. La GS dialoga con el mundo (en especial del Norte) moderno. Dialoga con lo que se llama la primera ilustración (cuya figura es Kant, que exige pasar de la infancia a la adultez, ser críticos); pero la humanidad había pasado a la segunda ilustración (cuyo nombre emblemático es Marx). El Concilio dialoga con la primera ilustración, pero no logra dialogar con la segunda ilustración. Por eso no se escuchan las voces del Tercer Mundo, es más bien un diálogo con lo Nor-atlántico, y lo centro europeo, pero lo profético del Tercer Mundo no logra hacerse escuchar en el Concilio.

 

Estos obispos estaban perdidos en eso ya que no estaban al tanto de los movimientos patrístico, litúrgico, bíblico, etc... y no eran conscientes de su originalidad en lo que les era propio: los pobres.

 

Recepción del Concilio: en primer lugar, una primavera. Era algo desconcertante; se vivía con entusiasmo, como el fútbol, las sesiones. Una primavera ecuménica, abrazo con Atenágoras, se levantan excomuniones, encuentros con el Consejo Mundial de Iglesias, se crea un Centro para el diálogo interreligioso, se crean las Conferencias Episcopales, una mentalidad de aggiornamento, una mentalidad que se llama “Conciliar” para distinguirlo de la pre-conciliar. Pero luego de la primavera, en las cumbres se producen deshielos y avalanchas. Al abrir las ventanas al espíritu se suscitaron exageraciones en pastoral, en liturgia, en moral, en ecumenismo, en misiones, y una gran hemorragia de religiosos, religiosas y sacerdotes que dejaron “los hábitos” lo que suscitó una reacción conservadora, cuya máxima figura es Léfebre (la única excomunión pública desde el Vaticano II), pero también la restauración, el invierno eclesial, la “noche oscura”, un repliegue después de la primavera. Repliegue que ya tuvo su comienzo al final de Pablo VI (“el demonio ha entrado en la Iglesia” dijo). En ese invierno todavía estamos. Los síntomas los conocemos, la importancia de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Catecismo (cuando el Concilio se negó a hacerlo; ‘basta con un breve directorio’; años después los mismos obispos piden un Catecismo Universal), en liturgia hay frenos, en el Ecumenismo también, se frenan y callan las voces proféticas (episcopales y religiosas), las Conferencias episcopales son meramente administrativas, sin tener magisterio... hay conflictos con Obispos.

El Vaticano II es una “yuxtaposición de dos eclesiologías, la eclesiología jurídica y la Eclesiología de comunión” (Achuri). Para que sea aprobado por la mayor cantidad posible, se aceptaron e integraron modos que integraban diferentes eclesiologías. Y lo peor es que no se establecieron normas para la eclesiología de comunión. Los Sínodos han quedado como meramente consultivos, la elección de los obispos no se toca, la figura de los nuncios no se toca (a pesar que no se los nombra ni una sola vez en el Concilio), no tienen cabida en esta Eclesiología tampoco los Cardenales, o que el papa sea jefe de Estado Vaticano. El Concilio ¿es punto de partida o punto de llegada?

Su dimensión centroeuropea no permitió que entrara la “Iglesia de los pobres”, la intervención del cardenal Lercaro fue aplaudida, pero no entró en los documentos (salvo alusiones parciales en LG y GS). Parece que la intuición de Juan XXIII no tenía categorías que la expresaran. Deberemos esperar a Medellín para que eso ocurra. En 1980 en Bologna, en una reunión de teólogos evaluando el Vaticano II, se dijo que la antorcha del Concilio había pasado al Tercer Mundo.

 

B) La Eclesiología de América Latina. Confluyen una serie de elementos, sociales, políticos, eclesiales... Se pasa del desarrollismo a la dependencia. Los pobres irrumpen en la historia. Fue importante la revolución cubana, la Alianza para el Progreso... En 1964 golpe en Brasil, y ante el golpe en Brasil por un lado, y la revolución cubana por otro, EEUU opta por una postura de decir que no apoya ni una ni otra, sino posturas como la DC de Chile. Es asesinado el Che, comienzan las revoluciones populistas: Velasco Alvarado, Torres, Perón, Allende y en el encuentro teológico de El Escorial varios pensaban que se venía el socialismo, pero González Faus habló de martirio. En el ’81 un rebrote, el sandinismo, pero nace la contra. La guerrilla del Salvador causa guerra civil. Desde el ’80 un regreso de democracias, pero débiles, con malestar económico, inflación, narcotráfico... Es interesante la presencia de cristianos en estas luchas por la liberación. Ya no bastan los viejos criterios de análisis. Medellín se levanta como voz profética, y con el ejemplo del Éxodo se empieza a mirar desde América Latina. Continúa en Puebla. Surgen las CEBs como una nueva forma de ser Iglesia de comunión. Nace la Teología de la Liberación. Elementos: historicidad de la salvación, no sólo hay una historia de la salvación, sino que la salvación es histórica. La teología no es neutral, la teología tiene que tomar partido en el conflicto. Es teología desde el reverso de la historia, desde abajo, desde los últimos. La teología es posterior a la praxis, es ‘acto segundo’, es la reflexión sobre la praxis de la liberación, posterior a la experiencia espiritual, la experiencia de Cristo en los pobres. Es teología desde la misericordia. El nuevo horizonte es el Reino de Dios.

   

Apliquemos esto a la reflexión eclesiológica: es una eclesiología situada históricamente, en un momento cultural, político, social... es una Eclesiología excéntrica, su centro no es la Iglesia, la Iglesia está abierta al mundo, no es eclesiocéntrica sino reinocéntrica. Es una Eclesiología centrada en los pobres. En el 1er milenio se centra en la comunión, la del 2do milenio en la autoridad, la latinoamericana, se centra en los pobres, es una eclesiogénesis, nace de la base por la fuerza del Espíritu. Es una Eclesiología original. No se daría sin el Vaticano II, pero aporta algo nuevo, hay una nueva visión a lo del Vaticano II. La Iglesia sacramento de salvación es ahora “sacramento histórico de liberación” (Ellacuría). Bíblicamente, el Vaticano II se centra en el ‘laos’ (pueblo), la teología latinoamericana se centra en el "ojlos", la multitud, los despreciados por los fariseos...

 

Algunos rasgos teológicos:

 

Es una eclesiología desde abajo, desde la puerta de servicio de las casas, desde el reverso de la historia, desde Jesús de Nazaret. “Nazaret” es un apellido, es un estilo de vida, es su connotación, esto marca su teología. Es una Eclesiología de las Comunidades de Base. Una eclesiología de la cruz, los crucificados de este mundo, bajarlos de la cruz. Se inicia una eclesiología indígena y afroamericana, todavía tímidas. Se da una eclesiogénesis pneumática. Hay una irrupción pneumática del Espíritu, unos nuevos ministerios, hay un nuevo modo de ser obispo. Un nuevo estilo de ser sacerdote, pastores junto al pueblo, un nuevo estilo de vida religiosa (cambió mucho la vida religiosa desde el Concilio), hay un nuevo ecumenismo (más desde la praxis de la justicia), una integración de la religiosidad popular, es una eclesiología del martirio.

 

¿Cuál es la recepción de este modelo? Son tres los riesgos que se atribuyen: 1) reducción a lo sociopolítico. No es que se reduzca a lo socio-político, sino que se recupera esto que había sido olvidado por el espiritualismo. 2) Se le atribuye marxismo, mientras que se apoya en la Palabra de Dios; el marxismo se utiliza para algún análisis (como Juan Pablo II utiliza categorías marxistas). 3) Se la acusa de crear una Eclesiología paralela, una Iglesia popular, lo que es extraño habiendo obispos que la acompañan. Hay dos documentos de la Congregación para la Doctrina de la Fe, pero también la carta del Papa a los Obispos de Brasil. La teología de la liberación es más tradicional de lo que puede parecer. Recordando las eclesiologías del primer milenio, y es una gran interpelación para la gran iglesia.

 

Hay cuatro imágenes gráficas de lo que llevamos dicho:

 

Iglesia de comunión (1er milenio), simbolizada con una mesa

Iglesia de cristiandad (2do milenio), simbolizada con una torre

Iglesia del Vaticano II, simbolizada con una carpa

Iglesia de América Latina, simbolizada con una villa (y el anillo que el Papa regaló en Río de Janeiro, en el Vidigal, como signo de alianza esponsal de la Iglesia con los pobres)

 

(pregunta) ¿Qué lecciones sacamos de la Eclesiología del Vaticano II y de la Liberación para nuestra praxis pastoral?

 

  1. IV.- DEL ÉXODO AL EXILIO

 En los años ’80 usábamos estos esquemas que hemos presentado, pero a partir de los años ’90 el escenario ha cambiado. Hemos de ser sinceros y afrontar la reflexión con toda su verdad, la situación no es clara, es difícil y falta la perspectiva necesaria para el análisis. Ya no estamos en mayo del 68 (Paris, Praga, EEUU, los graffiti que hablaban de “la imaginación al poder”: “tú querías cambiar la sociedad, yo quiero vivir bien” le escribía un hermano menor al mayor que había participado del mayo francés); ha caído el muro y el Papa se pasea por las puertas de Brandeburgo en papamóvil, se buscan los huesos del Che en Bolivia sin que sea un problema, los sandinistas fueron derrotados en Nicaragua y aceptaron la derrota pasando el poder a Violeta Chamorro.

 Montaner (un periodista conservador) compara el primer viaje a Nicaragua, con censuras y sanciones a Ernesto Cardenal con el segundo besando a la presidente, y el periodista dice “la Teología de la Liberación ha muerto”; las guerrillas ya no existen salvo en Colombia, los Zapatistas no pretenden tomar el poder, los universitarios no se interesan ya del marxismo, es un mundo post-marxista y post-moderno. La modernidad tiene dos hijas, la primera ilustración simbolizada por Kant como la segunda, simbolizada por Marx. Jurassic Park o Titanic son símbolos de la modernidad, un creador es devorado por sus monstruos, la modernidad se hunde. Así se critican los meta-relatos, que son esas palabras que escribíamos con mayúsculas, Liberación, Revolución, Justicia, y solo queda la “insoportable levedad del ser” (Kurdera), se ha pasado de Marx a Nietzsche, de Prometeo a Narciso, de la sociología a la psicología (la auto-ayuda), se habla del pensamiento light, en un menú ético cada uno elige los valores que más le interesa, una telenovela brasileña se titulaba: “todo vale”, y también aflora la religiosidad de lo sagrado, “una religiosidad sin Dios” (Metz), al margen de las religiones tradicionales, una religión “a la carta”, un poco de cristianismo, un poco de budismo, un poco de...” el símbolo es la New Age, el paso de Piscis a Acuario; se sacralizan las realidades humanas como el cuerpo, el sexo, la tierra... se sacralizan otras cosas distintas a las que se valoraban hasta ahora. A este aspecto cultural de la posmodernidad se unen las dimensiones del neoliberalismo: la idolatría del mercado, la privatización, el achicamiento del Estado, ajustes económicos, que la riqueza de los ricos rebalse a los pobres, aunque en realidad crecen el desempleo, el hambre, la inseguridad, la debilitación de la democracia... “el neoliberalismo ha venido para quedarse” (Comblin), “fuera del neoliberalismo no hay salvación”, y hemos llegado “al final de la historia” (Fukuyama). Frente a esta situación, tan diversa de los ’80 hay 3 posturas posibles, posturas que afectan a los pobres, a la Iglesia de los pobres, a la Teología de la Liberación.

 

  1. Todo pasó, la Teología de la Liberación ha muerto, hay que olvidar a Medellín, la opción por los pobres es algo pasado, hay que vivir el espíritu light de la posmodernidad, olvidar los grandes relatos, volver a la cristiandad, o una neo-cristiandad. Los cambios han sido muchos, estamos muy lejos de la primavera conciliar, de Medellín, de la Teología de la Liberación de los años ’70. Santo Domingo silencia la Teología de la Liberación, la desconoce, cambia el “ver-juzgar-actuar” que habían seguido Medellín y Puebla, no menciona a los mártires actuales, ni siquiera a los obispos, en esta línea se sitúan los teólogos del “capitalismo democrático”como Michael Novak, el capitalismo es como “Siervo de Yahwéh”, se lo mira con horror pero es el único que salva. Si América Latina está atrasada no es por ser capitalista sino por ser poco capitalista. Las microempresas de EEUU son como las CEBs. La Iglesia ¿puede hacer marcha atrás de lo que ha dicho? El Papa ya ha incorporado la Opción por los Pobres a sus escritos. No se puede negar la intervención del Espíritu.
  2. Nada ha cambiado. Se sitúa a la defensiva de la anterior, la opción por los pobres es más actual que nunca; hay que bajar de la cruz a los pueblos crucificados. Es verdad que hay que abrirse a sexo, cultura, pero no se modifica el paradigma liberador de los pobres. Es acertado no querer dar marcha atrás. Pero ¿las novedades no modifican en nada la reflexión liberadora? ¿No dice la Teología de la Liberación que hay que partir la realidad? Una nueva realidad, ¿deja intacta la reflexión? Muchos son venerables teólogos que sienten que se los ataca.
  3. Discernimiento teológico. Está en contra de la primera, pero no admite el inmovilismo de la segunda. Hay algo irrenunciable en lo que se ha conseguido, pero algo debe cambiar. ¿De verdad en los ’90 y 2000 no ha pasado nada? Admite un nuevo análisis de la realidad, un nuevo enfoque teológico y una nueva praxis.           Un nuevo ver, un nuevo juzgar, un nuevo actuar.

 

  • Un nuevo ver. La teología de la liberación debe hacerse cargo de la realidad. El Sitz im Leben es un Sitz im Tode, el contexto vital de la teología de la liberación es un contexto de muerte. Estos análisis de la realidad, la mediación socio-analítica (C. Boff), utiliza incluso elementos del análisis marxista (desacralizando y desatanizando el marxismo), elementos de la psicología. Al utilizar este método vemos que no es sólo de subdesarrollo sino también de dependencia (lo que requiere liberación). Pero la teoría de la dependencia no basta para mirar las relaciones Norte-Sur. Los pobres han aumentado, y pasado de pobres a excluidos, a masa sobrante. De dependencia a prescindencia, ya no son necesarios.

 

Esto revalida la opción por los pobres más todavía; se mantiene la utopía de un mundo más justo aunque haya caído la opción socialista. Cayó el comunismo, pero los pobres siguen.

Ambas ilustraciones están en crisis, la razón moderna y la razón militante. Hay que completar el análisis social con el antropológico, cultural y religioso. No sólo utilizar la razón social sino la simbólica. Lo que supone abrirse a la cultura, el sexo, la edad, la ecología, la religión. Que no sólo han quedado oprimidos sino que son sujetos de gran riqueza. No se puede reducir la mujer o los indígenas a una mera opresión económica porque es tener una mirada miope. El pobre no es sólo un explotado, tiene rostro, cultura, sexo, religión (ahora se habla de diálogo interreligioso en América Latina, reconociendo las culturas originarias). Un proverbio chino dice que ‘si tienes dos monedas gasta una en pan y otra en flores’. Al mirar un barrio no basta mirar su estructura, el agua corriente, las cloacas, también hay que mirar su cultura, su religión, su relación con la tierra, su sexo, qué esperan, qué sueñan, ¿por qué no se suicidan? La gente tiene esperanza, espera un mañana mejor, tiene fe, hace fiesta...

 

B) Pasemos al juzgar, a las mediaciones hermenéuticas. No es sólo sociológico, sólo la palabra de Dios nos dice que esto es contrario a la voluntad de Dios. La cristología pensó a partir de los pobres, pero “¿no hemos sido demasiado mesiánicos del Mesías de la impaciencia de los celotes? (María López Vigil). ¿No hemos sido demasiado paternalistas con el pueblo (iluminados)? ¿no fuimos demasiado materialistas pensando en el pan olvidando que la gente vive de otras imágenes, de paisajes, televisión? ¿no hemos tenido riesgo de caer en un cierto milenarismo? El peligro de la Teología de la liberación no es el marxismo sino el milenarismo (G. Faus), ¿no hemos tenido una visión demasiado parcializada del reino olvidando la cruz, el misterio pascual? La práctica en la historia llevó a la teología de la liberación a ser una teología del martirio, y se debe complementar con una pneumatología. Sin el Espíritu la opción por los pobres es moralismo, conocemos muchos que se han quebrado en la opción por los pobres; quizá porque falta el Espíritu.

 

C) El actuar, una nueva praxis liberadora, la mediación práctica. Encargarse de la realidad, cargar con la realidad (Ellacuría), ayudar a bajar a los crucificados de la cruz. En los ’70 se hablaba de cambio de estructuras, como si el socialismo estuviera a la vuelta de la esquina. Hoy no somos tan optimistas, no poseemos una alternativa global al sistema neoliberal. Sabemos que ese otro mundo es posible, pero no tenemos las recetas, los caminos para hacerlo realidad. No podemos limitarnos a llorar con nostalgia el pasado, hemos de meternos en el único mundo que tenemos para tratar de transformarlo desde dentro. Es más eficaz comenzar por pequeños cambios que desde abajo vayan modificando la realidad social y eclesial.

 

Frente a la crisis política hay que tomar en cuenta una toma de conciencia cívica, social y ética (Ellacuría). Los nuevos movimientos sociales (ecologistas, mujeres, DDHH,... cada vez tienen más fuerza) con lo que se pasa a un cristianismo más ético que político. Caminar hacia una visión más amplia que incluya género, cultura, religión, naturaleza... Hay algo que está cambiando, aunque es un problema decir cultura sí, opción por los pobres no... Frente a una visión política militante, abrirse al mundo de lo social y ético. Frente a la razón ilustrada y militante, abrirse a la razón simbólica; frente a un cristianismo mesiánico davídico con peligro milenarista, y triunfalista abrirse al grano de trigo; frente al milenarismo, abrirse a lo simbólico, abierto a la fiesta, la ternura, la gratuidad, la vida ordinaria, la sabiduría, el Cantar de los Cantares. Frente a un cambio violento de estructuras, abrirse a un cambio más lento según la levadura en la masa. Frente a los grandes relatos, realizar pequeños relatos liberadores que se puedan articular un día en un gran relato (una red). La estrategia parece que debe ser más desde abajo, de lo pequeño. En una CEB que se reúne ya está la utopía de un mundo nuevo, en un grupo de vecinos que buscan sus derechos, está la utopía del mundo nuevo. Frente a la alternativa del mercado y las montañas, existe la alternativa de ir a la casa del pueblo (Trigo). En lugar de buscar elefantes, hacer redes de hormigas (Richard).

 

En los ’70 se utilizó el paradigma del Éxodo, el “calco hermenéutico” (C. Boff) en una alegoría de faraón, Egipto, el Mar Rojo, Moisés... Actualmente, aunque el éxodo sigue siendo clave de lectura, hoy no sabemos quién es el faraón, ni qué Mar Rojo hay que atravesar, ni qué tierra nos espera, ni tenemos a Moisés...

 

Se parece más al Exilio, sin reyes, sin sacerdotes, sin tierra, sin templo, sin profecías, sin patria, entre imperios de civilización refinada y otras religiones, con angustia de la impresión de haber sido olvidados por Yahwéh, ¿dónde están las promesas? Los exiliados se mantienen juntos, se niegan a cantar en el extranjero, escuchan las voces de los profetas que les hablan de un nuevo éxodo, el éxodo sigue, pero releído; se generan las Escrituras. Mantienen la fe y se reúnen en las sinagogas, surge el Siervo de Yahwéh, mantienen la esperanza, aparece la noción de Creación.

Nosotros estamos ‘en Babilonia’, globalización, neoliberalismo, exclusión de los pobres, sin horizontes, sin perspectivas claras, hemos de mantenernos unidos, resistir, recuperar la esperanza, recuperar la fe en el Dios de la vida, consolar al pueblo, confiar en la fuerza de la Palabra, en la fecundidad del Espíritu, preparar los caminos del Señor, confiar que el sufrimiento del pueblo –como el del Siervo- es salvador, no mirar con nostalgia el pasado, pensar que Dios nunca abandona a su pueblo, mirar con ojos nuevos el futuro que nos espera, y ver los signos que comienzan a aparecer. ¿Qué imagen podríamos poner que simbolizase esta nueva situación? Así como hemos hablado de la mesa, la torre, la carpa y la villa, quizá la mejor imagen sea la de la mujer que pone un poco de levadura en las medidas de harina hasta que fermenta toda la masa. La modernidad es machista, la posmodernidad es más feminista, y no es casual que en estos momentos produzcan tanto las mujeres, y tampoco que sea “un poco” lo que se pone, en lo germinal está la utopía. Creer en la fuerza del Evangelio para que transforme toda la masa.

   

(pregunta) Reaccionar ante este texto. ¿Qué añadir?, ¿qué sacar?, ¿qué falta?

 

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